9 de diciembre de 2010

Controladores y Gobierno. Nosotros pagamos la fiesta.



La torpeza del gremio de los controladores aéreos a la hora de la negociación con el gobierno finalmente se ha revelado al llegar a un estancamiento de la misma, al ponerse en contra a la opinión pública, al dañar grávemente la imagen y la economía de España -o sea la nuestra-, y al reaccionar como el gobierno quería que lo hicieran ayudándolo a desviar la atención de problemas más graves que una negociación laboral. Sencillamente, peor no lo podían haber hecho para España y los españoles.


Todo lo anterior no quita las responsabilidades del ejecutivo por la nefasta gestión -una más y van...- de un conflicto laboral que debería estar más que solucionado si se hubiera tenido interés. Este es un baile entre dos en el que ambos tienen responsabilidad en el resultado final de una coreografía llena hasta ahora de pisotones y zancadillas, y que tiene como rehén espectador, pagano y pasivo, al contribuyente español -o sea a nosotros-.


Nadie pone en duda el legítimo derecho de los controladores a reclamar lo que consideren oportuno relacionado con su trabajo, ¡Pero no a saltarse la ley y a causar gravísimos daños a su país y a sus compatriotas! No vale todo en una negociación laboral y la ley está para algo. Por si alguno lo ha olvidado los controladores aéreos organizaron y ejecutaron un plan consistente en no acudir y abandonar sus puestos de trabajo, mediante bajas fingidas para reunirse en asambleas permanentes, y en cerrar el espacio aéreo español dejando retenidos contra su voluntad a decenas de miles de personas que dependían de los controladores para moverse -sin contar a los varios cientos de miles de personas afectadas-. Y conviene recordar que esta decisión de los controladores de ejecutar este plan nos va a costar a los españoles más de 6.500 millones de euros. Estos daños morales y psicológicos, económicos y de imagen, son responsabilidad de los controladores por la decisión tomada. No del gobierno.


Es cierto que el gobierno tiene otras responsabilidades no menos graves, y que esta situación se ha producido al fin y a la postre por su falta de capacidad para gobernar y gestionar un país, nuestro país, pero la decisión última de perpetrar lo que planearon es de los controladores, no del gobierno, y tienen que responder por las consecuencias de sus decisiones y acciones.


La crítica al gobierno, las ganas que todos tenemos de que esta cuadrilla de ineptos canallas que nos DESgobiernan se marchen para no volver jamás, no puede sin embargo hacernos caer en el fanatismo y en la pérdida de perspectiva. En esta situación de crisis que nos encontramos supone la misma barbaridad dar una subvención a los gays y lesbianas de Zimbawe, o a la marimba en Hispanoamérica, como causar 6.500 millones de pérdidas y dañar la imagen de España saltándose la ley por un conflicto laboral. Y no podemos dejar pasar el que como siempre se juegue con nuestro dinero, tanto en el caso del daño causado por la nefasta gestión del ejecutivo como en el caso del daño causado por los controladores aéreos.


Así no se hacen las cosas, y ni en un caso ni en otro los contribuyentes, los españoles, tenemos por qué aguantarlos. Así no. Basta ya