9 de abril de 2012

El retorno del caimán.

Tras el tradicional paréntesis de la Semana Santa volvemos a la cruda realidad con una sensación de esperpento irreal quizás fruto del momentáneo alejamiento de la misma gracias a estas fiestas. Si empezábamos la Semana Santa con los Presupuestos Generales del Expolio, retornamos de la misma con... la verdad es que es un tanto difícil centrarse en uno de los tantos despropósitos que jalonan la actualidad española. Veamos...


Por un lado tenemos al PSE-PSOE, pensando en dejar a la fea del PP con la que le obligaron a arrejuntarse, que mira con ansiedad a los ultras de allí para conformar un modelo de nacionalsocialismo vasco similar al que se padeció en Cataluña, mientras los escoltas dicen bien claro, y no más alto porque no se suben a un taburete, que la ETA no se disolvió porque no pensaban en cesar su actividad delictiva, como así ha sido y ha demostrado con sus delitos en Francia y el aumento del terrorismo callejero en España. Los socialistas vascos con Eguiguren a la cabeza siguen haciendo ojitos y pucheritos a los ultras del entorno etarra, buscando una relación que sepa nadar entre la sangre y los restos de las víctimas de la canalla etarra. Aparte de sin entrar en detalles, si no ésto sería interminable, sobre la postura colaboracionista de algunos políticos vascos del PP (¡Quién te ha visto y quién te ve!). ¿Tan difícil es entender que con los delincuentes no se negocia? No se negocia con  carteristas, no se negocia con violadores, no se negocia con terroristas...


Por otra parte la presidenta del PP catalán, Sánchez Camacho, revela que negocia con el ministro Montoro otro "modelo fiscal" para Cataluña, adelantándose a Mas parece que pensando en ganar una carrera nacionalista al grito de "¡Caganet el último!". Por lo visto este partido habría de llamarse PPSOC, Partido Popular Socialista Obrero Catalanista, o algo así, en vez de PP.
Sin dejarnos la perla que quiere hacernos tragar ahora el PP, lo mismo que todos los partidos intervencionistas demagógicos, de que nuestro carísimo e improductivo servicio sanitario público ¡Es gratuito!. ¿Y entonces a dónde va ese 47% de lo que generamos que nos quitan en impuestos?. Qué manía de llamar copago al repago, y gratuito a lo que pagamos con impuestos. ¿Y luego se extrañan de lo sucedido en las elecciones andaluzas?.

Por cierto que esa es otra. Las elecciones andaluzas han dejado un panorama con un futuro no negro, no, sino rojo rojísimo... de comunistón pata roja (Que no todos los cerdos ibéricos son de pata negra azulada...). El plan de gobierno rojelio que se va pergeñando y que tienen intención de perpetrar en Andalucía los siguientes cuatro años, o lo que el cuerpo aguante, con el dinero de todos los españoles (No se vayan a creer lo contrario puesto que aquí van a escote los vicios de los barandas), consiste en subir los impuestos, intervenir más en la vida de los andaluces restando derechos y libertades, y disparar la deuda hasta el infinito y más allá. Es lo que tiene el intervencionismo liberticida, que te arruina dejándote en la miseria por tu bien, y sobre todo por el de ellos mismos.


Y la lista continúa, puesto que parece que nuestros políticos han regresado de sus vacaciones con ganas de pisar el acelerador de las imbecilidades hasta cotas nunca vistas (Y lo que te rondaré morena), pero es que francamente uno tiene su límite. Y viendo cómo degenera la situación en España, cómo a los políticos les importamos una mierda, y cómo nuestros compatriotas cada vez lo pasan peor, ese límite va bajando día a día un poco más. Y qué quieren que les diga, uno está más que harto. Harto de canallas sin escrúpulos, de demagogos incultos y egoístas, de privilegiados sin méritos más allá de saber usar la vaselina y ponerse rodilleras, harto de la falta de principios y sentido común, y harto de unos golfos capaces de perpetrar y justificar todo sin ni siquiera ruborizarse aunque sea un poco.


Sin duda viendo cómo los caimanes, los reyes de la charca, siguen comiéndose entre ellos y al resto de los animales que allí intentan sobrevivir sin preocuparse porque el agua mengüe o por el futuro a largo plazo, sólo pensando en atiborrarse, uno no sabe si todo esto que sucede en España es producto de una locura colectiva, por alguna sustancia alucinógena, o simplemente una falta de empatía que sitúa efectivamente a nuestros políticos más en el reino animal de los depredadores sin conciencia que en el de los seres humanos. Con una casta política en la que el sentido común es el menos común de los sentidos, y que de casta tiene mucho pero de política (En el sentido clásico) tiene poco, es hora de que los ciudadanos ejerzamos de cazadores y limpiemos la charca de caimanes. Basta ya de tanta alimaña.

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