26 de noviembre de 2012

Elecciones catalanas o quién me pone la pierna encima para que no me levante.


Lo triste de las elecciones catalanas es que ningún partido defiende la libertad y los derechos civiles de los catalanes frente al abuso de poder de los partidos, sindicatos e instituciones. Ningún partido tiene un programa serio y estructurado entorno a las ideas de paz, libertad y prosperidad. Ninguno de los partidos que se presentan se aleja del intervencionismo socialdemócrata para adentrarse en la consecución de mayores cotas de libertad para los ciudadanos.

Vacíos de contenidos reales, centrados en visceralidades y sentimientos de estómago, espoleados por una demagogia perjudicial para los ciudadanos, todos lo partidos que concurren a estos comicios se preocupan no de salir de la crisis y cambiar las cosas sino de un quítate tú para ponerme yo manipulando sentimientos y desviando la atención de lo importante.

Sin una alternativa real a los partidos intervencionistas socialdemócratas, preocupados por el poder y su capacidad para meter la mano en el bolsillo y las vidas ajenas, el resultado de los comicios se va a dirimir entre ser esclavo de los políticos hablando sólo en catalán o ser esclavo de los políticos hablando en catalán y castellano. Cuando el drama de los catalanes es su dependencia de los políticos y la esclavitud a la que están sometidos por un expolio inmisericorde de éstos últimos.

La elecciones deberían ser entre libertad o esclavitud, entre progreso o estancamiento, entre regeneración o continuismo. Desgraciadamente los catalanes tienen asegurado salga quien salga en estas elecciones el estancamiento, la esclavitud y el continuismo. O sea, más de lo mismo.

Sin duda, tanto en Cataluña como en toda España necesitamos un cambio.

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